EUROPA
PRESS
31 agosto
2019
Partículas
de las agujas de tatuar llegan a los ganglios y causan alergias... solo en los
de color
Las reacciones alérgicas son efectos
secundarios comunes de los tatuajes y los pigmentos han sido culpados de esto.
Pero ahora los investigadores han probado por primera vez que las partículas
que se desprenden de las agujas al desgastarse durante el proceso de tatuaje
pueden también producir alergias ya que contienen metales alergénicos como
níquel y cromo. No obstante, esto sólo sucede cuando la tinta es de colores, y
no con el negro.
El número de personas tatuadas ha aumentado sustancialmente
en los últimos años, y algunos países han revelado que tienen hasta un 24% de
la población con tatuajes. Las reacciones adversas de los tatuajes son comunes
y hasta ahora, los investigadores creían que solo las tintas eran las
responsables. "Los tatuajes tienen más que ver a simple vista. No se trata
solo de la limpieza del salón, la esterilización del equipo o incluso de los
pigmentos. Ahora descubrimos que el desgaste de la aguja también tiene un
impacto en su cuerpo", explica Hiram Castillo,
uno de los autores del estudio y científico del Sincrotrón Europeo (ESRF, por
sus siglas en inglés), con sede en Grenoble, Francia.
En el nuevo estudio, publicado en la revista 'Particle and Fiber
Toxicology', los científicos han demostrado que,
sorprendentemente, las partículas de cromo y níquel provenientes del desgaste
de las agujas del tatuaje se distribuyen hacia los ganglios linfáticos. Por lo
general, las agujas de tatuaje contienen níquel (6-8%) y cromo (15-20%), lo que
provoca una alta tasa de sensibilización en la población general y, por lo
tanto, puede desempeñar un papel en las alergias a los tatuajes. Hace dos años,
el mismo equipo de investigadores descubrió que los pigmentos y sus impurezas
metálicas viajan hasta los ganglios linfáticos en una nanoforma,
donde se pueden encontrar años después de la colocación de los tatuajes. Ines Schreiver, autora de la
investigación y científica del Instituto Federal de Evaluación de Riesgos en
Alemania, explica cómo su trabajo de detective los llevó hasta las agujas.
"Estábamos siguiendo nuestro estudio anterior, tratando de encontrar el
vínculo entre el hierro, el cromo y el níquel y la coloración de las tintas.
Después de estudiar varias muestras de tejido humano y encontrar componentes
metálicos, nos dimos cuenta de que debía haber algo más, recuerda. También
probamos alrededor de 50 muestras de tinta sin encontrar tales partículas
metálicas y nos aseguramos de que no hubiéramos contaminado las muestras
durante la preparación de la muestra. Luego pensamos en probar la aguja y ese
fue nuestro momento 'eureka'".
En el equipo, dirigido por investigadores del Instituto
Federal de Evaluación de Riesgos en Alemania, participaron científicos del
Sincrotrón Europeo (ESRF) y de diversos centros universitarios de Francia,
Alemania y Bélgica que se desplazaron al ESRF, una de las fuentes de rayos X
más intensas del mundo, para llevar a cabo el análisis de las muestras
utilizando fluorescencia de nano-rayos X sincrotrón y
estructura de borde cercano de absorción de rayos X en las líneas de haz ID21 e
ID16B.
Los resultados mostraron que cuando la tinta del tatuaje
contiene dióxido de titanio (un pigmento blanco a menudo mezclado en colores
brillantes como el verde, azul y rojo), desgasta la aguja. Esto no sucede
cuando se usa tinta negra de carbón. El equipo también estudió una aguja antes
y después del proceso del tatuaje usando microscopía electrónica de barrido,
que mostró la abrasión que había sufrido.
"No cabe duda de que las partículas de metal se derivan
de la aguja del tatuaje como resultado del molido mecánico puro", dice
Bernhard Hesse, de Xploraytion y científico visitante
de la ESRF. Se sabe que el dióxido de titanio es muy abrasivo debido a su alta
densidad y dureza en comparación con el negro de carbón.
El tamaño de las partículas que se encuentran en los
ganglios linfáticos varía de 50 nanómetros a 2 micrómetros. Las nanopartículas son más peligrosas que las partículas de
tamaño micro debido a su mayor relación superficie-volumen, lo que en
consecuencia conduce a una liberación potencialmente mayor de elementos
tóxicos. Las nanopartículas también pueden entrar
directamente a las células y se distribuyen más fácilmente en el cuerpo. Sin
embargo, en una nota positiva, también pueden excretarse más fácilmente del
cuerpo.
De este modo, el estudio proporciona la primera prueba de
que, no solo los pigmentos del tatuaje, sino también las partículas de agujas
desgastadas se distribuyen hacia los ganglios linfáticos. Sin embargo, se deben
realizar más investigaciones para evaluar claramente el impacto en la formación
de alergia al tatuaje y la sensibilización sistémica.
"El hecho de que todos los pigmentos y partículas de
desgaste se depositen en los ganglios linfáticos requiere una atención especial
en el desarrollo de alergias. Desafortunadamente, hoy, no podemos determinar el
impacto exacto en la salud humana y el posible desarrollo de alergias derivado
del desgaste de la aguja del tatuaje, explica Ines Schreiver, científica del Instituto Federal de Evaluación
de Riesgos de Berlín. Estos son efectos a largo plazo que solo se pueden
evaluar en estudios epidemiológicos a largo plazo que controlan la salud de miles
de personas durante décadas", concluye.